martes, 8 de septiembre de 2009

capitulo 8... los comuneros

Cáp. VIII LOS COMUNEROS
Ya hemos visto cómo a causa de los cambios en las estructuras económicas en la España del siglo XVIII, la
concepción y función de las colonias cambiaron. La burguesía española en ascenso liberalizó el comercio y
convirtió a América en mercado para sus mercancías y en fuente de materias primas para su producción.
Acorde con la nueva orientación, la Corona española se fue alejando de la política proteccionista de los
indígenas que hasta el momento había llevado (la causa de esa política ya lo hemos visto, era la protección de
los naturales, frente al encomendero, para que no se extinguieran y pudieran seguir trabajando sometidos y
tributando) y comenzó a favorecer el acrecentamiento de la producción en las haciendas de la aristocracia
criolla, lanzando como peones al mercado de trabajo a los indígenas que hasta el momento se habían
protegido en los resguardos. Estos fueron vendidos en pública subasta y los indígenas que los habían habitado
por siglos fueron arrojados o recluidos en otros más alejados de los centros de población. Con ello la Corona
lograba un doble resultado, obtenía fondos de la venta de las tierras de resguardo o realengas y lanzaba a los
indígenas al mercado de trabajo para que se colocaran como peones y en esta forma al crecer las haciendas, la
metrópoli podía abastecerse de los productos agrícolas que necesitaba. Al mismo tiempo se hizo una
reorganización fiscal y los impuestos fueron aumentados en gran medida, con una resolución más efectiva.
Con las medidas descritas la Corona deja de ser un intermediario paternalista entre la aristocracia criolla y el
indígena y viene a constituirse en explotadora de todos. Surgen entonces contradicciones principales en la
sociedad americana. Una entre los terratenientes, que ya no tienen el freno del Estado paternalista, y los
indígenas desprotegidos. Otra entre la alta clase poseedora criolla y la Corona, por causa de los impuestos.
En este marco se presenta la revolución de los comuneros. En un comienzo hay identidad de intereses entre
las clases para oponerse a la Corona. Los impuestos afectaban a todos y era preciso liquidarlos. Tal postulado
beneficiaba por igual al pueblo, a los artesanos, a la aristocracia y esta última trató de encausar el golpe contra
las autoridades españolas para que solamente se suprimieran los impuestos o en el mejor de los casos para que
aquellas fueran depuestas entrando ellos a ocupar las posiciones de gobierno sin que en lo fundamental, las
formas de explotación colonial cambiasen. Por esta razón se colocaron al frente de la insurrección en los
comienzos.
Mas la aristocracia no contó con que había otras clases sociales interesadas en el cambio de régimen
tributario, pero cuyos intereses y reivindicaciones no paraban allí. Estaba el pueblo, compuesto por esclavos
que querían su libertad a costa de los amos, estaban los indígenas desposeídos que clamaban por las tierras
rematadas o robadas por los terratenientes, estaban los aparceros que pedían tierras y mejores condiciones de
cultivo, y estaban por fin los artesanos, comerciantes y pequeños propietarios de la región de Santander que
pedían además de la supresión de los impuestos un cambio fundamental, un rompimiento con el régimen
colonial para poder producir y comerciar en condiciones libres y ensanchar así su producción. Y precisamente
es digna de anotar la vinculación regional de Santander en donde la pequeña producción campesina, la
producción artesanal y el comercio, se habían desarrollado más que en cualquiera otra región del virreinato,
con la sublevación de los comuneros. Cada una de estas clases trató de reivindicar sus intereses. E1 pueblo
comenzó a hacer valer los suyos: libertad de esclavos, el repartimiento de tierras, liquidación de estancos,
todos eran de la consigna de su jefe Galán: "Unión de los oprimidos contra los opresores". Es decir, la lucha
de clases.
Ante tal actitud, la aristocracia criolla que tenía más que perder con las demandas populares que con el
sistema tributario español, pactó con la Corona. Berbeo entregando a los Comuneros en Zipaquirá, es la
personificación de una clase que estuvo al frente del motín cuando convenía a sus intereses, pero que temía al
pueblo que a la Corona española.
Una vez dispersado el grueso del ejército comunero en Zipaquirá, la vanguardia que persistía comandada por
Galán, fue liquidada con la ayuda de los mismos señores antes levantados.
La revolución no triunfó porque había una imposibilidad histórica para ello. El pueblo no tenía laorganización necesaria, por esta razón con las primeras victorias desperdició su energía en celebraciones
jubilosas y además, porque tenía poco clara conciencia del orden nuevo que iría a construir sobre las ruinas
del antiguo. La clase intermedia de propietarios, artesanos y comerciantes que históricamente era la que más
podía proponer no se había desarrollado todavía como para colocarse a la vanguardia en el movimiento de
liberación contra España y de transformación de la economía colonial.
En suma, la amenaza de nuevos impuestos y el empeoramiento y agravamiento del estanco del tabaco, fueron
los motivos inmediatos de levantamiento, pero tras de ellos, y como causa esencial, estaba el despojo de
tierras a que se estaba sometiendo a las masas indígenas (Tirado Mejía p. 86)
LA INDEPENDENCIA
Con la liberación del comercio y su consecuente aumento en el siglo XVIII, creció en América la burguesía
comercial hasta llegar a convertirse en una clase social con conciencia, y reivindicativa de sus intereses. Sin
embargo la libertad para comerciar no era absoluta, tal como lo deseaban los comerciantes, y las restricciones
que subsistían obraban como un freno para la expansión del comercio.
Esta contradicción entre los intereses de la burguesía comerciante y la Corona, la que no obstante haber
cedido en algunos aspectos, quería seguir siendo la única proveedora de mercancías para sus colonias y la
única compradora de sus frutos, fue la causa fundamental que motivó la independencia americana.
Sumamente ilustrativa al respecto es la carta enviada por el "Tribuno del Pueblo" José Acevedo y Gómez al
Corregidor Regio, Antonio Villavicencio, el día 19 de julio de 1810, en la que el primero ante las pérdidas
sufridas, se inflama de amor patriótico y escribe... "Ciento veinte mil pesos, fruto de veinte años de trabajos,
fatigas y peligros, me hizo perder el gobierno al principio de la guerra con Inglaterra, porque no hubo arbitrio
de que el Virrey nos permitiese ni aún el comercio de cabotaje, y en tres años las quinas se perdieron y decayó
su estimación en Europa de los cacaos se pudrieron y los algodones que el monopolio insular me obligaba
mandar a Cádiz fueron presa de un enemigo poderoso en la mar. Doy por bien perdida mi fortuna y los restos
de ella existentes en Cádiz y Barcelona en veinte y tantos mil pesos, con tal que mi patria corte la cadena con
que se halla atada a esa península, manantial perenne de tiranos" (Arturo Abella, El Florero de Llorente, p.
104).
En la causa de la independencia se embarcó la burguesía comerciante americana, constituyendo su
vanguardia. Para ello contó con la ayuda de Inglaterra, la potencia capitalista más directamente interesada en
que las colonias se separaran de España, para venir a inundarlas con sus manufacturas en nombre de la
libertad. Inglaterra envió al efecto una legión con el objeto de secundar los esfuerzos de independencia y
contribuyó generosamente en financiar la causa de la emancipación. En capitulo aparte veremos las
consecuencias de esta "ayuda".
A más de la burguesía comerciante y de los sectores artesanales que estaban interesados en el cambio, existían
también otros sectores sociales: la aristocracia terrateniente y el pueblo.
Los primeros también participaron en el movimiento, pero por razones muy distintas. Un sector, el más
reaccionario, ante el avance de los ejércitos napoleónicos que eran la encarnación de las ideas de igualdad de
la revolución francesa, prefirió no su suerte a la de la Corona y se separó de ésta antes de que "libertinos" de
Francia, propagadores del "pernicioso dogma de la igualdad entre los hombres" tomaran el gobierno de la m
poli y sus colonias y decretaran la libertad de los esclavos este sector prefirió aguardar hasta conocer al
vencedor para pagarle sus servicios; es este el caso de la mayoría de los aristócratas del sur de Colombia,
propietarios de haciendas, minas y esclavos que tras luchar en favor del Rey, o haberse mantenido al margen
de la contienda, se convirtieron en fervorosos republicanos después del triunfo patriota en Boyacá en 1819.
El tercer sector era el pueblo que fue arrastrado a las luchas por patriotas y españoles o que como en el caso
de los esclavos combatía por el que le ofreciera la libertad, aspecto en el cual los españoles se adelantaron
muchísimas veces a los republicanos. El espíritu de lucha del pueblo por la independencia aparece muy bien
descrito en el siguiente párrafo de un historiador erudito y de primera mano: "Cuando los reclutas eranfinalmente enganchados, se les obligaba a marchar con las manos atada por temor a que tratasen de escapar, y
muchas veces sólo se entregaban las armas a los soldados de infantería y los caballos s los de caballería
cuando habían llegado a la zona de pelea... Los ejércitos quedaban reducidos a la mitad, a causa de las
deserciones entre Cali y Popayán o a una tercera parte en el viaje de Bogotá a Cúcuta"*(5). El mismo autor
citado trae el mensaje de Santander al ministro del interior, en el que dice: "...por otra parte no son nuestros
soldados como los de Europa. En éstos hay; ilustración, conocen la causa que defienden y saben las leyese
que están sujetos: en aquellos sucede todo lo contrario; su ignorancia es conocida, se les oculta regularmente
por quién combaten, y por más que se les instruyan en las disposiciones panales, muy pocos llegan a
entenderlas"...
La intervención de la aristocracia fue determinante para el rumbo que tomó la República después de la
independencia. La burguesía trató de realizar cambios e implantar nuevas formas de producción, mientras que
la aristocracia, satisfecha con la simple independencia, pues vino a ocupar los cargos del gobierno, pero
decidida a no dejar cambiar las formas económicas existentes para que no se vulneraran sus privilegios,
bloqueó las reformas propuestas, y como la burguesía no era lo suficientemente fuerte para imponerlas, tuvo
que resignarse a una transacción y esperar tres décadas, cuando ya fuerte y con el, apoyo del pueblo, realizó la
transformación de 1849, verdadera revolución burguesa en el sentido estricto de la palabra. (Tirado Mejía, p.
89).
La burguesía logró imponer en él comercio internacional la política acorde con sus intereses al implantar la
libertad de comercio, pero en lo interno tuvo que conformarse con tímidas reformas que pronto fueron
anuladas por los siguientes gobiernos de reacción.
En conclusión, por no haber podido la burguesía imponerse, la estructura económica permaneció casi intacta,
y en sentido estricto no puede aplicarse el término revolución, entendido éste como un cambio en las formas
de producción, al movimiento de independencia originada en 1810; sólo en 1849, cuando la burguesía
comerciante, en unión de los artesanos y del pueblo rompió la estructura colonial, quebrantó a los
terratenientes e implantó formas de producción capitalistas en el país, puede decirse que se logró la
revolución.
Resumen de INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA ECONÓMICA DE COLOMBIA. Álvaro Tirado Mejía.
Editorial la carreta

1 comentario:

  1. La burguesía española en ascenso liberalizó el
    comercio y convirtió a América en mercado para sus mercancías y en fuente de materias primas para las simit comparendos implementando su producción

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pilas con lo que escriben